Los juegos están presentes en todas las épocas de la vida pero es en la infancia dónde resulta indispensable porque con ellos, los niños, van descubriendo lúdicamente el mundo que les rodea, las relaciones con los demás y su propio cuerpo.
Creemos que nadie cuestiona que el juego es una manera natural y libre de que los más pequeños vayan descubriendo y aprendiendo y por ello podemos decir que su papel es fundamental dentro de la escuela. Ahora bien, dentro de este inmenso mundo , existe una clase de juego que se ha ido transmitiendo de generación en generación a través fundamentalmente de la tradición oral y que sin tener unas reglas demasiado rígidas ha mantenido su esencia a lo largo de varias generaciones: los juegos tradicionales. A menudo creemos que no somos conscientes de la gran cantidad de beneficios que pueden aportar su práctica a los más pequeños y por eso hemos querido explicarlo de manera sencilla en 4 grandes razones:
1.El juego tradicional es un lenguaje universal.
A pesar de las miles de lenguas que existen en el planeta, existe un lenguaje común a todos nosotros: el juego. ¿No resulta impresionante comprobar que si mostráramos una peonza en cualquier parte del mundo todos sabrían qué es y cómo utilizarla? El juego es una gran herramienta para acercarnos a las características diferenciadoras de cada cultura y lo más importante, aquellas que tenemos en común.
2.La imaginación encuentra juegos en cualquier lugar.
En una sociedad donde cada vez está más de moda el juego dirigido y rodeado de tecnología que nos ofrecen por ejemplo los videojuegos, nos resulta indispensable que las nuevas generaciones entiendan que existen formas de diversión que o no necesitan material o que este, puede fabricarse sin dificultad por nosotros mismos incluso con elementos que hasta ahora podíamos considerar de deshecho.
3.Su práctica fomenta actitudes básicas para la convivencia
El individualismo impuesto a los chavales en el ocio actual, impide en muchos casos el fomento de actitudes tan importantes para la vida como el consenso, el dialogo, la cooperación… presentes en la práctica de los
juegos tradicionales.
4.Nos acercan a nuestra cultura y a algo más…
Estos juegos, no son una mera práctica lúdica, son mucho más.
Nos acercan a nuestras raíces, ya que en muchos países están considerados como patrimonio inmaterial, acercan generaciones ya que son nuestros mayores los transmisores de esta forma de diversión y dentro del currículo escolar nos permiten trabajar con ellos no sólo en educación física sino en otras áreas como el arte, las matemáticas, la historia…